sábado, 18 de abril de 2009

¿Cambio de costumbres o cambio de normas?


No pretendo hacer el típico post acerca de los nuevos tips para conservar el medio ambiente, pero ayer que asistí a una charla en el CCPUCP acerca de ecodiseños, me emocioné al ver la cantidad de propuestas que ahora existen relacionadas a la reutilización de residuos sólidos y de repente, me acordé de una entrevista en la que Brack Egg nos habla acerca de la necesidad de cambiar y adaptar nuestros hábitos acorde a los cambios que se están generando en el medio ambiente. En otras palabras; si no te quieres quedar sin agua, no la desperdicies y si quieres ayudar a preservar nuestros recursos no los explotes y ayuda a reciclar.Aca algunos tips de nuestros amigos colombianos.



Sin embargo, éste mensaje que dentro de su simplicidad pudiera sonar bonito, no resulta fácil si en perspectiva choca contra algunos de nuestros principales hábitos personales. De ahí que la pregunta que a muchos de los comunicadores ambientalistas o ecológicos les preocupa es cómo hacer para sensiblizar a la población de algo que aun para nosotros nos es difícil de aceptar.

Por ejemplo, si nos dicen que reciclar es bueno y que debo de acostumbrarme a hacerlo, hombre yo lo hago, genial sería que todos lo hicieran, pero que tal si me dicen que no jale el chicago durante toda la noche afin de ahorrar agua o si me dicen que me bañe una vez al día máximo, cuando yo tengo la manía de hacerlo dos por pura costumbre.

Y es que aun cuando tu costumbre resulte una simple bobada, ya es un hábito arraigado en tí. Entonces ya se vuelve más complejo, porque no solo se trata de cambiar costumbres de cada individuo, sino de cambiar costumbres que como su misma definición lo indica son prácticas sociales que cuentan con aprobación social.

No se vayan a preocupar, que mis ejemplos anteriores no son del todo ciertos o necesarios, si bien es cierto, en Lima existe un problema de agua, el hecho de bañarte menos o dejar de correr el chicago, no va a arreglar mucho las cosas. Según Brack Egg, si reciclaramos el agua en Lima tendríamos el doble de cantidad y alcanzaría para todo los limeños sin necesidad de tomara medidas extremas o recortar de tal forma nuestras libertades en el ámbito higiénico.

Es cierto que debemos de medirnos con la cantidad de agua que usamos o que es importante que nos tomemos el trabajo de cambiar un poco nuestros hábitos con acciones tan pequeñas como cerrar el caño, si embargo, el hecho de que se recicle el agua o el papel, responde a inciciativas más grandes de carácter normativo y gubernamental que a su vez vayan acompañadas por cambios de hábitos y costumbres del individuo.

Comencemos por las municipalidades que no pueden seguir regando con agua potable que debería de estar destinada unicamente para el consumo personal. En este sentido, el estado debería de generar un sistema de limpieza y reutilización del agua que se aplica en paises como Holanda. De esta forma, el cambio de costumbre del individuo se verá relacionada estrictamente con el cambio de sus costumbres dentro de un sistema preestablecido por el estado.

El hecho de que exista un sistema de reutilización del agua trae consigo varios cambios en la percepción de las personas: mejor uso del agua, es decir, no regar con agua potable, saber que el agua de la ducha, la lavadora y el caño se debe reutilizar con un sistema de cañerías que las conduzcan hacia los jardines, y el chicago, por lo tanto, habrá un mayor pago en el servicio de agua, etc.

Finalmente, una mejor regularización no solo hará que la gente tenga una mejor calidad de vida de forma sostenible, sino que hará posible que se comience con el proceso de cambio de costumbres en cada uno de nosotros.

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